jueves, 15 de diciembre de 2011

Rashid ad-Din Sinan

Rashid ad-Din Sinan

Rashid ad-Din Sinan, también referido como Al Mualim y El Viejo de la Montaña (c.1126 - 1191) fue el Mentor de la Orden de los Asesinos en Tierra Santa durante la Edad Media hasta su muerte en 1191.
Estableciendo como base el castillo de Masyaf, Sinan llevó a los Asesinos a una época fructífera, y convirtió a la orden en una fuerza de élite, con gran influencia política en Tierra Santa. Bajo el liderazgo de Al Mualim, los Asesinos pudieron hacer frente a los sarracenos y templarios de la región, y consiguieron tener en su posesión una Manzana de Edén.
Sin embargo, Sinan era un miembro secreto de la orden de los Templarios, y después de obtener la Manzana en 1191, empezó a corromperse muy rápido, iniciando una campaña para destruir a los principales líderes Templarios en Tierra Santa. No obstante, los planes de Sinan fracasaron cuando uno de sus discípulos, Altaïr Ibn-La'Ahad, le dio muerte y recuperó la Manzana.

Eventualmente, Sinan supo de la existencia de una Manzana de Edén, y su deseo por conseguirla causó que se uniese a los Templarios, aunque no le interesaba compartir el poder con sus colegas Templarios.[4]Rashid ad-Din Sinan nació cerca de 1126, en algún momento de su vida uniéndose a la Orden de los Asesinos sirios.
No se sabe el año en el que Rashid ad-Din Sinan se convirtió en Mentor de los Asesinos, pero en el año 1176—además de ser el primer año en el que se tiene constancia histórica de él—ya era referido por el título de Al Mualim.
Ese mismo año, Al Mualim era gran maestro, y se instaló en Masyaf, teniendo a Faheem Al-Sayf y Umar Ibn-La'Ahad como maestros y consejeros de Al Mualim.

Guerra con los sarracenos

«No entregaré la vida de ninguno de mis hombres.»
―Al Mualim a un mensajero musulmán

Salah Al'din.

En 1175, los Asesinos intentaron asesinar dos veces al sultán de Egipto y Siria Salah Al'din, haciendo daño al caudillo sarraceno en el segundo intento.
Los ejércitos de Salah Al'din atacaron Masyaf en agosto de 1176, haciendo un campamento a las puertas de la fortaleza. Esa tarde, Al Mualim discutió con Umar y Faheem qué hacer, Umar se presentó como voluntario para amenazar de muerte a Salah Al'din colocando una daga en su tienda de campaña.
Por la noche y con ayuda del espía Ahmad Sofian, Ibn-La'Ahad colocó la daga apuntando al caudillo, pero fue eventualmente descubierto y huyó, en su camino matando a un general. Al día siguiente, el tío de Salah Al'din, Shihab Al'din, apareció a las puertas del castillo, reclamando un tratado de paz a cambio de la muerte del asesino del general, y si no, también matarían a Ahmad.
Al Mualim dijo que no matarían a ningún Asesino, y que continuarían la batalla; Umar se opuso a ésto, y decidió sacrificarse por la orden, Al Mualim recibió de Umar un último deseo de que el gran maestro cuidase a su hijo Altaïr. Umar fue decapitado, y los sarracenos se retiraron, dejando libre Masyaf y a Ahmad.

Consecuencias

«Tenemos que decir a la Orden que Ahmad se ha ido bajo la oscuridad. Quizás saquen sus propias conclusiones. No podemos permitir que Abbas sea envenenado con la culpa del suicidio de su padre. Lo que ha hecho Ahmad es deshonrrable. Su desgracia se extendería por su familia.»
―Al Mualim sobre el suicidio de Ahmad Sofian
Después de la batalla, Altaïr se enfadó e insultó a Sofian por haber sido una de las causas de la muerte de su padre. El sentimiento de culpa acabó volviendo demente a Ahmad, que gritó por las noches sin control, impidiendo a los Asesinos dormir.
Una noche, Al Mualim fue despertado por Ibn-La'Ahad, el Mentor vio que Ahmad se suicidó, Altaïr le explicó que le pidió disculpas antes de cometer su muerte. Al Mualim pensó que sería mejor no contar los hechos ocurridos—remplazándolos con que Sofian dejó la orden por arrepentimiento—y así no deshonrar a Ahmad ni a su hijo Abbas; además, el maestro declaró que a partir del día siguiente Altaïr y Abbas entrenarían juntos, y así Ibn-La'Ahad vigilaría a Sofian de cerca.
Varios años después, Abbas se había vuelto más distante debido a la desaparición de su padre, por lo que Altaïr le contó la verdad, esperando que dejase de tener una actitud negativa. Sin embargo, Sofian atacó furiosamente a su compañero durante su entrenamiento, casi matándolo; Al Mualim intervino, y los dos novicios fueron encerrados durante un mes. El mentor ordenó que Abbas tuviese un año de entrenamiento adicional por su comportamiento, y los dos jóvenes Asesinos no volvieron a ser amigos.

Asedio de Masyaf


Al Mualim: «Has sido un Asesino toda tu vida, ¿te arrepientes de ello?»
Altaïr: «¿Cómo me voy a arrepentir de vivir la única vida que he conocido?»
— Al Mualim y Altaïr

Al Mualim, líder de los Asesinos.

Al Mualim aún mantenía su posición de gran maestro en 1189, cuando un comandante cruzado mandó atacar Masyaf, eventualmente entró en el castillo con unos Templarios, que capturaron a Al Mualim y lo retuvieron como rehén.
Altaïr, después de haber luchado por toda Masyaf, llegó hasta la ciudadela y mató al cruzado. Después de ser salvado, Al Mualim dijo a su discípulo que su padre había sido un gran hombre, y le preguntó si lamentaba o se arrepentía de ser un Asesino, a lo que Ibn-La'Ahad contestó que no. Con ésto, Al Mualim ascendió a Altaïr al rango de Maestro Asesino.

Búsqueda del cáliz

«Hemos obrado sin cuidado, estaban siguiendo a uno de nuestros hombres.»
―Al Mualim
En 1190 el mentor se trasladó a Alep, asignando al Maestro Asesino Harash el puesto de segundo al mando de la orden.
Ese mismo año, Alep fue asediada por los ejércitos Templarios, pero los Asesinos lograron repeler el ataque. Después de la batalla, Al Mualim asignó a Altaïr la tarea de encontrar el cáliz, un objeto sagrado que podría unificar a los cruzados y sarracenos y cesar la guerra.
En su búsqueda, Altaïr mató a Harash infiltrándose en Alep, después de descubrir que había sido sobornado por los Templarios. Eventualmente, el cáliz resultó ser una mujer llamada Adha, y fue capturada por la orden del Temple, que posteriormente la ejecutó.

La Manzana de Edén

Adquisición de la Manzana y batalla de Masyaf

«¡Mis hombres no temen la muerte, Roberto, la abrazan junto a su merecida recompensa!»
―Al Mualim a Roberto de Sable en Masyaf
Un año después de la búsqueda del cáliz, Al Mualim volvía a residir en Masyaf, y en julio, envió a Altaïr con los hermanos Malik y Kadar Al-Sayf al Templo de Salomón en Jerusalén, con el objetivo de recuperar una Pieza de Edén conocida como la Segunda Manzana.
Debido a la intromisión de los Templarios del Gran Maestro Roberto de Sable, Kadar murió y Altaïr huyó del Templo después de ser expulsado de la sala en la que estaban. Sin embargo, Malik cargó con su brazo izquierdo gravemente herido y la Pieza de Edén hasta Masyaf.
Al Mualim recibió a Altaïr en su oficina, y su aprendiz le contó que falló en la misión, a lo que replicó Al Mualim que era la más importante que habían realizado nunca, y que sería castigado. En ese momento, Malik llegó con la Manzana de Edén, y dijo que la muerte de su hermano fue por culpa de Ibn-La'Ahad. Un informante entró en la oficina de Al Mualim, advirtiendo que los Templarios estaban atacando Masyaf. Al Mualim ordenó a Altaïr que fuese con los otros Asesinos a repeler el ataque Templario.

Al Mualim y sus Asesinos durante la batalla de Masyaf.

Poco después de una intensa lucha, el mentor ordenó a los Asesinos retirarse al castillo, ya que estaban siendo superados por los Templarios. El instructor de novicios Rauf pidió a Al Mualim que él, junto a Altaïr y un novicio, hiciesen un salto de fe para enseñar a sus enemigos que no tenían miedo, además de servir como acceso al mecanismo de una trampa que prepararon; Al Mualim lo autorizó.
Cuando los ejércitos del temple llegaron a las puertas de la ciudadela, De Sable empezó a amenazar al maestro, negociando el intercambio de la vida de un Asesino capturado por la Manzana, mas Al Mualim no aceptó. El maestro templario sentenció que sería imposible conservar la fidelidad de los Asesinos a falta de comida, pero Al Mualim replicó que los Asesinos no temían a nada, y ordenó a los tres Asesinos hacer un salto de fe. Altaïr accionó la trampa, y la mayor parte de las fuerzas Templarias murieron.
Al Mualim procedió a juzgar a Altaïr una vez terminada la batalla y el ejército templario se hubiese ido. El mentor explicó a su discípulo que su misión salió bien porque escuchó, y después de una breve discusión, Al Mualim ordenó a dos novicios que agarrasen a Altaïr, y le empezó a recordar las tres normas del credo, abofeteándole cada vez que le interrumpiese. Finalmente, el mentor apuñaló a Ibn-La'Ahad en el estómago, induciéndole a una parálisis temporal.

Deshaciéndose de los líderes Templarios

Después de dejar inconsciente a Altaïr, Rashid ad-Din Sinan dejaría vivir y devolvería su rango a su discípulo con la condición de que éste asesinase a nueve objetivos. Las nueve personas eran agentes Templarios que ansiaban tener la manzana, y con su muerte, Al Mualim usaría la pieza de Edén para su propio fin sin la intromisión de nadie.
Antes de empezar la campaña contra Roberto de Sable, el Mentor ordenó a Altaïr encontrar a un traidor que abrió las puertas de Masyaf a los templarios. Ibn-La'Ahad terminó encontrando al traidor, Masun, y lo llevó ante su maestro. Después de darle una oportunidad de redención al Templario, la cual rechazó, Sinan ejecutó a Masun.
El Maestro ordenó a Altaïr que viajase a Damasco para asesinar al Templario Tamir Bin Musa, poderoso miembro del Gremio de Mercaderes damasceno, que se encontraba fabricando armas para los Templarios. Después de su asesinato, Altaïr volvió a Masyaf, y Sinan le aseguró que esperaba que Tamir fuese el primero de una lista de muertos a manos de su aprendiz. Entonces Al Mualim envió a Ibn-La'Ahad—con una rango y una parte de su equipamiento más—a Acre, para que terminase con el Gran Maestre de los Caballeros Hospitalarios Garnier de Naplouse.

Sinan y Altaïr hablan en Masyaf.

Cuando Altaïr regresó a Masyaf, preguntó a Sinan por qué los pacientes obedecían a Garnier, éste respondió que De Naplouse los drogaba, y así estaría seguro de que tendría hombres a su disposición. Además, el mentor remarcó que los Templarios decían que él hacía lo mismo con los Asesinos. Altaïr fue a Jerusalén para matar a Talal con mejor equipo y rango por orden de su mentor. Días después, Al Mualim recibió a Altaïr con felicitaciones por haber asesinado a tres de los nueve, y le explicó que los tres siguientes objetivos eran los regentes de las ciudades que había visitado, puestos a cargo por la salida de Ricardo Corazón de León y Salah Al'din hacia Arsuf. Altaïr volvió a ser recompensado y fue a Acre, ésta vez para dar muerte a Guillermo de Montferrat.
Guillermo fue asesinado, y Altaïr volvió a Masyaf para hablar con Sinan, que garantizó que estaba haciendo un gran trabajo en su campaña contra De Sable. Ibn-La'Ahad preguntó al mentor por qué los objetivos estaban tan orgullosos de si mismos y confiaban en su victoria; Sinan dijo que, como Asesino, el deber de Altaïr era darse cuenta de las sucesos que ocurrían y preguntarse sobre ello; no obstante, cuando preguntó más sobre sus asesinatos, Al Mualim le mandó callar, y le ordenó que simplemente creyese a su maestro. Al ascender de rango y mejorar sus habilidades, Altaïr partió a Damasco, ésta vez para matar a Abu'l Nuqoud.

Después de haber asesinado a Nuqoud, Altaïr regresó a Masyaf e informó de su progreso a Al Mualim. Debido a la cantidad de dudas que tenía sobre sus objetivos, el joven pidió a Sinan saber qué unía a los nueve objetivos entre si, y amenazó con rehusar a seguir con su trabajo si no le daba una respuesta. El Mentor amenazó a su aprendiz con una espada, y le advirtió de que podría ser él quien le castigase si no contenía su lengua; sin embargo, el anciano opinó que, en cierto modo, Altaïr tenía razón, y le reveló que los nueve hombres eran Templarios. Sinan aseguró que la misiónno había cambiado, sino su contexto. De nuevo le ascendió de rango, y Altaïr fue a Jerusalén para matar a Majd Addin.
La muerte de Majd Addin marcó el fin de los regentes que gobernaban las ciudades, y Altaïr preguntó a su maestro sobre las funciones que tenían los Templarios que había cazado hasta ahora. El Mentor afirmó que los objetivos tenían funciones de dominación y preparación de civiles para cuando los Templarios hubiesen dominado Tierra Santa, dándose los dos cuenta del objetivo que tenían cada uno: Talal reclutaba hombres; Garnier, con drogas o curándoles de sus enfermedades, los convertía en soldados; Tamir era el encargado de proporcionar armas; y los regentes aseguraban que las ciudades permaneciesen en el poder de la orden del Temple, aprovechando la ausencia de los reyes. Además, Al Mualim enseñó a Altaïr la Manzana, y le reveló que ese artefacto fue la causa de la Guerra de Troya y que Jesucristo convirtiese agua en vino; en secreto, Al Mualim intentó controlar la mente de Altaïr, pero por causas que desconocía, no pudo; por suerte, Altaïr no supo de ésto. Con sólo tres objetivos restantes, Altaïr fue ascendido y partió a Damasco en busca de Jubair al Hakim.

Sinan.
Como siempre, Al Mualim recibió a Altaïr en su estudio, y el discípulo preguntó por qué se requería la muerte de Jubair en Damasco y Sibrand en Acre, Sinan dijo que no habían hecho nada por el momento, pero su muerte era necesaria, ya que podrían suceder a De Sable y tomar la orden del Temple desde una dirección más discreta. Sinan explicó a Altaïr que el último hombre que se interponía entre él y Roberto era Sibrand, quien se encontraba en Acre, y le subió de rango una vez más. Altaïr fue a la ciudad cristiana y dio muerte a Sibrand.
Rashid ad-Din Sinan esperó a Ibn-La'Ahad en su estudio, y le empezó a hablar de los verdaderos objetivos de los Templarios—fingiendo creer que Altaïr había sido la causa de que el Mentor supiese más sobre los Templarios—los cuales consistían en la paz mediante la dominación mundial. También, Al Mualim advirtió que Roberto de Sable era un loco que, al saber las capacidades de la Manzana, se acabó corrompiendo hasta caer en una obsesión por el artefacto. El Mentor recompensó a Altaïr recuperándole el rango de Maestro Asesino y con una espada de Siria, completando su rango y equipamiento. Entonces, el discípulo partió a Jerusalén con el objetivo de asesinar a De Sable.

Muerte


Sinan: «Imposible. El aprendiz no puede derrotar al Maestro.»
Altaïr: «Laa shay'a waqi'un moutlaq, bale kouloun moumkine. (Nada es verdad, todo está permitido)»
— Sinan es derrotado por Altaïr.
En algún momento después de la retirada de Altaïr, Sinan usó la Manzana para controlar las mentes de los Asesinos y aldeanos locales. El pueblo entero cayó en un estado de hipnosis, llegando a cantar alabanzas en honor a Al Mualim, o a matar a todo aquel que se le opusiese. A mediados de septiembre, Ibn-La'Ahad regresó a Masyaf, y unos hombres de Sinan le tendieron una emboscada, mas el joven Asesino pudo derrotarlos con ayuda de Malik Al-Sayf, y los dos acordaron derrotar al Mentor y sus fuerzas, intentando herir a la menor cantidad de gente posible.