martes, 29 de noviembre de 2011

Assassin's Creed: Revelations

Si algo ya llevamos aprendido gracias al salto entre Assassin's Creed II y La Hermandad es que, aunque Ubisoft haga un título anual, no serán meras expansiones a pesar de que aún no hayan dado el salto definitivo a la esperada tercera entrega, y con todo lo que conocemos de Revelations, este cuarto título de la saga y final de la trilogía de Ezio, ya vamos mejor que bien preparados para una aventura con las novedades suficientes como para despuntar entre la horda de lanzamientos de Noviembre.

Os decíamos que Assassin's Creed: Revelations es el final de la historia de Ezio, porque aunque controlemos a los tres protagonistas de la saga en sus caminos entrelazados, será el florentino quien esté en el centro de la pantalla durante más del 80% de la historia, y salvo que Ubisoft nos tenga preparada una gran sorpresa, el mundo interior de Desmond y los flashbacks de Altaïr sólo serán fases de transición mientras que expandimos la hermandad de asesinos más allá de los límites de Constantinopla, el centro del mundo conocido durante el Siglo XVI, y el centro jugable que exploraremos en Revelations. Ezio Auditore será esta vez un hombre más viejo, pero a la vez más hábil y sabio, con nuevas habilidades y nuevos conocimientos potenciados por su encuentro con Yusuf Tazim, el maestro asesino de Constantinopla que le enseñará las maravillas de una nueva arma, la hoja-garfio oculta que dará más variedad a los movimientos de combate y escalada de Ezio.

La experiencia de Ezio ha sido hasta ahora la de una historia de venganza, siempre persiguiendo a sus enemigos, asesinos de sus familiares, mientras que se veía inmiscuído en una causa mayor. Ésta vez, Ezio llegará a un punto en el que buscará su cometido en la vida, e intentando saber más sobre la orden de asesinos y el legado de Altaïr, viajará a Masyaf (ciudad base de la primera entrega) para encontrársela sitiada por templarios y comenzar la búsqueda de las piezas de una llave que le llevará hasta Constantinopla, siguiendo los pasos de Altaïr, a quien controlaremos como un recuerdo imbuido en esas piezas de llave.

Una vez allí, la conspiración templaria seguirá en pie metiéndose en los conflictos entre bizantinos y otomanos a lo largo y ancho de las cuatro grandes áreas de la ciudad, dividida entre dos continentes con sus respectivas grandes diferencias a nivel económico, estético y cultural. Este conflicto nos llevará a hacer nuevos aliados y enemigos, y se ha confirmado que ayudaremos al Príncipe Suleiman el Magnífico en su ascenso al trono, conociéndole una década antes de éste hecho. Algo habitual en la saga son también grandes villanos históricos, muertos por causas desconocidas donde se intercala aquí de forma magistral la intervención de los asesinos, siendo aquí el gran rival a batir el heredero al trono bizantino, Manuel Palaeologos, de quien aún se desconoce su conexión con los templarios. Templarios a los que llegaremos a atacar a su misma base, en una fortaleza subterránea en la Cappadocia.

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